Átomos en guerra

Ella: Te quiero muchísimo,
eres mi poema preferido...
Te leería en braille.

Él: Ooooooh
Y yo ardería con solo sentir
los átomos en guerra entre mi piel
y las yemas de tus dedos.
Y por un instante, seríamos una hoguera.
Para descansar entre nuestras cenizas,
y de ahí seguir agrandando nuestros jardines.
Con flores, olores, colores, y algunas sin razones.
Y domar las primaveras y sus serpientes,
desde cada uno, libre.
Mientras escribimos el blog o el libro
de nuestras pasiones y pavores.
Del caminar conjunto,
de un colibrí y un loco Ruiseñor,
con la luna de sonrisa,
corre o dosifica.
Del viento y su lienzo.
Bebe viento, bebe viento.
Que de magia y talento,
bebe viento, bebe viento.
Lo vira en tierna brisa de amor,
y poliniza su pensar,
a odios y miedos,
que todavía anhelan su raíz y su razón
A