De menos

No te vas de mi cabeza.
Sin haber rozado mi cuerpo
Estás en cada centímetro de mi piel.
En mi pelo, en mis ojos, y hasta en la punta de mis dedos.
A veces, voy a mirar el teléfono esperando tu “buenos días princesa”.
Un gesto tan simple, llenaba de luz mi sonrisa en la mañana.
Y el olor a café en la mañana, no parece el mismo ahora que no estás.
Los paseos con mi perro, mientras hacías malabares para entenderme
Mientras el viento te rugía en el oído.
Pero nada de eso está... ya solo queda silencio y vacío

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