Un martes cualquiera

Un martes cualquiera, a la hora de comer, tú me dices...
Te quiero
con mucho brío.
Me has encendido el amar,
y no es que no quiera dormir,
es que no quiero despertar.
Mi alma ahora sabe jugar.
Un Colobri le enseño a volar
tan rápido, tan hasta el mar
donde tan helado puedo sonreír,
y ver tus alas aletear.
En un instante volver a herir,
para sentir la sangre, para vivir.
Te amo con locura.
A

Comentarios

Entradas populares